Bienvenidos al blog de la web javierzamora.es. Todo el contenido de este blog está protegido previa inscripción en el Registro de la propiedad intelectual, así como por la Sociedad General de Autores, como parte de una edición literaria. No está permitida la copia y/o difusión de los textos contenidos en este blog.
LAS UÑAS
Uno de los mayores focos de problemas para los guitarristas son las uñas. Muchos lectores del blog me habéis escrito sugiriendo que haga un artículo sobre ello. Sin dudarlo, es el gran problema de la inmensa mayoría de guitarristas, flamencos o no. Por las particularidades propias de la ejecución de la música flamenca, el cuidado de las uñas se convierte en una constante muy a tener en cuenta siempre. Un correcto limado, una adecuada ejecución de las técnicas (sobre todo las del rasgueo), una buena alimentación, un constante cuidado y el conocimiento de los productos que hay en el mercado son fundamentales para su buena salud. Ahora bien, tampoco hay que obsesionarse.
Partamos de la base: la naturaleza. Es conveniente tener conocimientos básicos sobre ellas. Básicamente, las uñas son un libro abierto de nuestro estado de salud. Podemos saber por ejemplo, que unas uñas excesivamente gruesas pueden indicar señales de problemas tipo tiroides, psoriasis o alguna infección por hongos, o que las manchas blancas son pequeños golpes que quedan como pequeñas cicatrices. Trastornos en nuestra vida cotidiana como el estrés, artritis, enfermedades renales, también se manifiestan en su aspecto. Como podemos darnos cuenta, no solo son importantes para tocar la guitarra, sino también como indicadores de salud.
Los siguientes aspectos, más guitarrísticos, considero muy a tener en cuenta. Sería casi otro decálogo, pero en este caso enfocado a las uñas. Son una mezcla de información, consejos y experiencia.
LIMADO
En una entrevista sobre la vida de Paco de Lucía, un familiar desvelaba que en su casa había limas por todas partes. A continuación se insertaba otra filmación en la que Paco aseveraba que un correcto limado de décimas de milímetro puede influir determinantemente en que un concierto pueda salir mal o bien.
TIPOS DE LIMA
Antes de profundizar en el limado es conveniente saber los tipos de limas que disponemos en la actualidad:
- Metálicas: Para nada recomendable. Astillan las terminaciones de la uña si no se tiene mucha destreza.
- De cristal: Lo bueno de éstas son sus propiedades anti alérgicas. Por lo demás no son en mi opinión las más recomendables por su fragilidad ya que se rompen si las tienes en el bolsillo, o si se caen, o con cualquier golpe al sacarlas del estuche.
- Tipo taco de 4 caras: Éstas son muy prácticas porque cada lado tiene un grosor de limado diferente, lo que permite desde un raspado fuerte hasta un pulido. En contra tiene su volumen, poco práctico para llevar encima, o que ocupa más que las demás por lo general.
- Alargada de dos caras, con doble grosor, y la parte central blanda. Para mí, es la elección ideal. Ocupa lo justo, es plana y cabe en cualquier espacio. Es más, las hay de pequeño tamaño para poder llevar siempre en el bolsillo.
- De papel: Hay kits de limado de marcas de accesorios de guitarra que contienen varias hojas de grosores distintos. Son muy prácticas como emergencia para llevar en la cartera, por ejemplo, aunque yo las conceptuaría más bien como un complemento más que una lima.
- De cartón. Son las más extendidas en el mercado, las más baratas, y muy fácil de encontrar. Las pondría en un término medio. Para una emergencia están bien, pero no tienen el nivel de las alargadas de dos caras, por ejemplo.
Hay que tener en cuenta también las medidas del grosor. Se clasifican por números, comenzando por 1200 las más finas (1200 es para sacar brillo y 400 son para pulir), hasta las de 80 (limado extra). Recomiendo las de 180/100, aunque esto es una opinión muy subjetiva. Cada uno, dependiendo del tipo de uñas, debe ir probando hasta decidir qué numeración le conviene.
COMO LIMAR
Una vez expuesto el tema de las limas conviene aprender a usarlas. Partimos de la base que hay que sujetar la lima con la mano izquierda para limar las uñas de la derecha. Hay dos opciones: Moviendo la lima sobre las uñas, o al revés. En mi caso muevo la mano derecha sobre la lima para darle forma al limado. Lo considero más preciso. Por otro lado, los movimientos deben ser suaves, de un lado a otro y viceversa. Nunca limar la uña de frente (podemos dañarla), sino primero la parte inferior y luego la superior hasta llegar al punto que consideremos óptimo. A continuación es muy importante pulir la zona para evitar que cualquier imperfección suponga luego un punto de enganche de la cuerda que luego vaya estropeando y rompiendo la uña.
Cabe reseñar que hay que observar por donde se suelen romper nuestras uñas. Si siempre es por el mismo sitio, tendremos que adoptar decisiones para ajustar periódicamente el limado de esa zona. El toque de guitarra comporta un permanente auto limado producido por el desgaste de las uñas al pulsar sobre las cuerdas. Es apenas imperceptible, pero si observamos el espacio que hay en la tapa justo debajo de las cuerdas lo apreciaremos en forma de polvillo fino.
No todos los dedos se deben limar con la misma forma y medida de uña ya que los ataques a cuerda no se producen en el mismo punto del final de cada dedo. Si observamos detenidamente nuestra ejecución, en un arpegio por ejemplo, es fácil darse cuenta que el dedo anular no engancha igual la cuerda que el índice. Y ni hablar de la uña del pulgar, que debe tener siempre una longitud superior a las otras. Un buen truco para todo esto sería colocar un papel de lija envolviendo el encordado en la zona donde pulsamos con la mano derecha, hacer el gesto de tocar, y observar que zona de cada uña se ha limado. Esto nos daría una idea bastante precisa.
FORMA DE LA UÑA
La forma depende mucho del tipo de terminación del dedo y hacia donde salga la uña. Hay dedos más carnosos que necesitan un poco más de uña para poder equilibrar el timbre del sonido que producen. También los hay con la carne más afilada, digamos, que permiten una salida de uña más pronunciada. Por otro lado, hay uñas que salen hacia afuera, y otras que crecen como una cuchara boca abajo, hacia adentro. Teniendo en cuenta todo esto incido en redondear siempre ligeramente los bordes, y experimentar con el tipo de forma de la uña, así como la longitud. Lo habitual es buscar un punto de limado que sea como la forma de media luna, sin que quede demasiado redondeado.
CUANDO LIMAR
Siempre hay que limar antes de tocar. Las uñas crecen por días (muy poco para mi gusto, 1 milímetro cada 15 días de media) y la longitud de hoy no es la de ayer jamás. También hay que ir limando a medida que se va tocando con el objeto de ir perfeccionando el punto de limado a la ejecución del día. No todos los días tocamos igual, siempre hay ligeras modificaciones en función del estado de ánimo, temperatura, humedad, cómo esté la guitarra, etcétera. Después de tocar, lo adecuado es limar ya que seguro que se han producido micro cortes imperceptibles en las uñas después de una sesión de ensayo, práctica o actuación. Y como tercera recomendación, hay que limar en cualquier momento del día en el que notemos alguna irregularidad en las uñas, fruto de un roce, un golpe o lo que fuera. En resumen: antes, mientras, después, y resto del día.
EJECUCION
La forma de ejecutar las técnicas de la guitarra influyen mucho en las uñas. Los dedos con una terminación redonda y carnosa necesitan un plus en la longitud de la uña para que el ataque a cuerda pueda compensar el grave de la carne con el metal de la uña. Si, por el contrario, la yema termina en forma afilada, la cantidad de uña debe tener una longitud entre media a corta. Atendiendo al párrafo anterior (“Forma de la uña”) habrá que considerar el tipo de limado para cada caso. Lógicamente, habrá que trabajar al principio bastante el ataque a cuerda de modo equilibrado, para luego mantenerlo siempre igual.
Por otro lado, si tocamos con fuerza será altamente probable que nuestras uñas se agrieten, se cuarteen, y que se rompan. Un toque equilibrado, con una dinámica de sonido media, que permita subidas y bajadas de intensidad en función de la necesidad, es lo más recomendable para el sonido y sobre todo las uñas.
ALIMENTACIÓN – SALUD
Parece esto una consulta médica: que si alimentación, que si salud, que si psicología... No hay que olvidar que la guitarra forma parte de nuestra vida y, es más, todo lo que envuelve su sonido, su mensaje y su alma es consecuencia de todas nuestras circunstancias personales. Y la salud es lo más importante. No voy a descubrir nada si digo que hay que mantener una dieta a base de verduras, fruta, hidratos y proteínas, pero en definitiva la clave está en comer lo más sano y variado posible. Las uñas lo agradecen con toda seguridad. Así también hay que saberlas hidratar.
En cuanto a ayudas externas que no sea la propia alimentación cabría destacar que un aporte extra de vitamina B, zinc, queratina o aminoácidos nunca viene mal. Mi consejo es que sea todo lo más natural posible, evitando la química. Espero que me sepáis entender.
PEQUEÑOS DETALLES COTIDIANOS
¿Cuántas veces nos hemos roto uñas en cualquier gesto como abrir o cerrar un cajón, por ejemplo? Por eso os voy a indicar unos cuantos gestos que trato de tener controlados y que con el tiempo he llegado a automatizar para evitar romperme las uñas:
- Abrir y cerrar los cajones siempre con la mano izquierda.
- Cerrar el puño al ponerse un jersey, chaqueta, o abrigo (muchas veces se engancha la uña con el tejido).
- Abrir y cerrar la puerta del coche con la mano izquierda.
- Meter los dedos hacia adentro al bracear mientras se anda (se evita roturas por golpes).
- Evitar hacer compás en la mesa con la punta del dedo (mejor hacerlo con los nudillos).
- Controlar los impulsos que nos llevan a gesticular rápido.
Imagino que más de uno tendréis también vuestros propios trucos. En definitiva, todo se resume en ser consciente de la importancia del control de los movimientos de brazos y manos, muchas veces de modo involuntario, que hacemos a diario.
ROTURAS DE UÑA
Cuando surge el drama de la rotura de una uña, y después de una gran depresión, no queda más remedio que seguir tocando antes que el bajón anímico pueda con nosotros.
La primera alternativa, para mi es la más saludable, consiste en limar lo que quede de uña hasta dejarla todo lo más igualada posible, limar ligeramente las otras uñas para poder equilibrar un poco las distancias, y armarse de paciencia esperando poder tocar con un mínimo de buen sonido. Al tener menos uña deberíamos ajustar un poco el ataque a cuerda para poder tocar.
Si por el contrario, necesitamos reparar esa rotura con cierta prisa (tenemos un concierto, una actuación, o algún tipo de evento que precise tener las uñas con su longitud) podemos hacernos una uña de emergencia con pegamento instantáneo y papel fino, dejándolo secar, y limando hasta conseguir la medida que deseemos. Éste procedimiento tiene sus inconvenientes, como principalmente la falta de sensibilidad (no es lo mismo la propia uña que una artificial), y sobre todo el problema que supone el añadir un producto químico (el pegamento) sobre la superficie de la uña. No obstante, es un remedio a tener en cuenta en caso de necesidad.
PRODUCTOS PARA LAS UÑAS
Por un lado tenemos los más puramente cosméticos como bases, bases vitaminadas, endurecedores o esmaltes. No soy muy partidario de este tipo de productos. Hay uno de fama muy extendida entre los guitarristas flamencos que se hace en Colombia bajo una firma alemana, que lo usé durante tiempo y estuve muy contento, pero desestimé su uso al descubrir que contenía formaldehido, un componente cancerígeno nada recomendable para mí (ni para nadie). Una vez informado, me decidí a investigar sobre el tema, y ahora uso con bastante buen resultado un aceite esencial que aplico periódicamente sobre la base de las uñas, con el que estoy muy contento y mis uñas han ganado bastante.
UÑAS DE PORCELANA, GEL, PAPEL O TELA
En los setenta si no tocabas fuerte no eras nadie. De pequeño me las mordía las uñas. Cuando luego empecé a tocar la guitarra mis uñas eran muy finas, frágiles y sin cuerpo. No se me escuchaba absolutamente nada. Por aquel entonces me hablaron de varios sistemas utilizados por los guitarristas de la época. Me decidí por el de pegamento y algodón.
El procedimiento era una verdadera obra de artesanía, al mezclar pegamento escolar con hilos de algodón, colocarlo sobre las uñas y esperar varias horas a que se secara. Recuerdo que hacerme toda la mano era un ejercicio de paciencia. El problema venía más de una vez cuando tocando en directo el postizo saltaba. Nunca olvidaré una actuación en una sala donde, en pleno acompañamiento al baile, salió volando la uña postiza del pulgar En primera fila había unos novios tomando unas copas de champaña. Miraba por todos lados el suelo del escenario y no la encontraba. Cuando acabó el pase y la gente se fue pude encontrar la uña postiza en una de las copas de los novios.
Con el tiempo el sistema fue evolucionando. Aparecieron en el mercado los pegamentos instantáneos en los ochenta, propiciando un sistema más sencillo al pegar un trozo de tela fino sobre la uña. Quedaba muy consistente. El procedimiento era mucho más rápido, pero veía las estrellas cuando el pegamento quemaba la tela. Era una verdadera reacción química en toda regla, con el consiguiente deterioro de la capa más exterior de la uña. Un día llegué a pensar que me quedaba sin uñas. Había oído hablar del mismo sistema pero con papel. Lo probé y me resultó menos abrasivo que el de tela. Lo fui utilizando durante años hasta que llegaron las uñas de porcelana, y más tarde las de gel. De un tiempo a esta parte decidí ya tocar sin ningún tipo de ayuda que perjudicara más mis uñas. Estaban tan finas como el papel de fumar y frágiles como un hilo suelto. Más tarde sustituí el papel por harina (si, harina) y un sinfín de pruebas. El problema era de base, ya que consideraba que necesitaba reforzar las uñas con lo que fuera para tener un sonido potente.
Todo cambió cuando lo vi desde otra perspectiva: el buen sonido es consecuencia de la forma de tocar y no de la potencia de las uñas. Necesité un periodo de transición para que las uñas fueran regenerándose. Poco a poco fui evolucionando mi toque, el trato de las uñas, y me di cuenta del tiempo tan valioso que había perdido buscando resultados inmediatos. Como he comentado antes, después de mucho indagar, probar hasta con un amigo psicólogo, y sobre todo contrastar con guitarristas que les sonaba la guitarra a gloria, llegué a una definitiva conclusión: hay que tocar con la propia uña, tratándola, cuidándola, tocando equilibradamente y limando las uñas en la medida justa. Mis índices de felicidad han subido muchos enteros desde entonces cuando toco. De vez en cuando se me rompe o cuartea alguna uña, pero ya no es obstáculo porque es otra dimensión. La felicidad que da un toque de una uña pura no me la proporciona ningún otro sistema.
En conclusión, y partiendo del respeto hacia cualquier otra opción, mi consejo es evitar al máximo las uñas sintéticas. Con el tiempo acaba comiéndose las capas exteriores de las uñas, generando una enorme dependencia. Pero no solo es por ello, sino por el tipo de sonido y la calidez en la expresión. El sonido puro de una guitarra necesita el tacto más directo sobre sus cuerdas, y como un buen ataque combinado de yema y uña no hay nada.
Ahora cuéntame..
¿Usas uñas sintéticas?
¿Qué sistema usas?
¿Te sientes bien con ello?
¿Cómo tratas tus uñas?
¿También optaste por tocar con tu propia uña?
¿Consideras importante la potencia del sonido o la calidad?
¿Te sientes esclavo de tus uñas?
Todo un mundo ¿A que sí? Y aun podría explayarme más.
Y una cosa: Guitarristas, si os enfadáis no os pongáis “de uñas”!
A ser felices.