Martes, 17 Agosto 2021 12:09

Las prisas

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LAS PRISAS

Vivimos en el mundo de la inmediatez. La tecnología nos lo pone fácil. Al final nos acostumbramos y la mente quiere que todo se produzca a la misma velocidad. Ya tenemos aquí a las protagonistas de este post: las prisas. Pero hay placeres que se cocinan a fuego lento. Esos son los buenos (...). El Flamenco es pasión, una pasión que contagia sobre todo a los estudiantes de guitarra. El problema está en uno de los efectos secundarios de una pasión mal gestionada: Nuestras amigas “las prisas”. Eh aquí el enemigo número uno del guitarrista flamenco:

¿Cuántos alumnos con un potencial enorme han visto truncada su progresión por querer resultados rápidos?, ¿Cuántos alumnos han perdido mucho tiempo teniendo que “volver atrás” en sus programas de evolución al saltarse pasos por desear llegar antes a tocar? La respuesta es: muchos. Y hasta cierto punto es comprensible. El alumno tiene muy cerca el Flamenco. Bien por su entorno familiar, por su afición, por la red, por amistades, el estudiante ve a un metro suyo como se ejecutan Palos flamencos con una naturalidad que su mente comprende a la perfección en muchos casos. 

Pero claro, llega el momento en el que el profesor le enseña, por ejemplo, a tocar por Tangos. El alumno esboza a trompicones el ritmo. Hasta ahí bien. Pero en ese momento aparece el Señor Ego que le dice al alumno que “ya tocas por Tangos”, cuando realmente no es así. Entonces viene cuando el aspirante a guitarrista flamenco empieza a tocar a una velocidad por encima de su nivel, no coloca bien los acordes, le suenan mal las cejillas, ejecuta incorrectamente rasgueos, golpes, bajadas de pulgar… pero no importa: ¡Está tocando por Tangos! Llegado este punto, comienza el problema. Y es aquí donde el profesor debe hacerle ver al Señor Ego del alumno que todavía no está tocando por Tangos. Está aprendiendo. 

Esto, contado a modo de pequeño cuento, es una realidad que sucede en el 90% de los casos. Tan solo es un ejemplo, extrapolable a muchos más. Cuántos alumnos he tenido intentando tocar el fragmento que les voy a enseñar ¡antes de que se lo enseñe! Es increíble. Y siempre fallan, es lógico que se equivoquen porque todavía no lo han aprendido.

El problema surge cuando estas ansias se extienden a toda la forma de tocar, y sobre todo de pensar, del alumno. Ahí se corta la progresión. El alumno ve fuegos artificiales con el primer destello y empieza a querer ser pirotécnico ya.

VÍSTEME DESPACIO QUE TENGO PRISA

¿Quieres aprender a tocar bien la Guitarra Flamenca? Ármate de paciencia, por muchas ansias que tengas. Ve paso a paso. No intentes tocar por buleria el primer día. Entiende que tus manos necesitan un periodo de adaptación al instrumento, tus dedos deben aprender a caminar sobre el diapasón, a atacar sobre las cuerdas, y sobre todo tu cabeza necesita un aprendizaje extra para poner todo en su sitio. Necesitará saber enviar nuevas órdenes a unas manos inexpertas en sincronización, luego en compás, expresión, sonido, etc. ¿Acaso hemos visto alguna vez a un bebé levantarse de la cuna y ponerse a correr los 100 metros lisos? La fórmula es bien sencilla: paciencia, humildad y un buen maestro.

¿Y porque he citado la humildad? Es bastante común el perfil del alumno que viene a clase queriendo perfeccionar su toque. Tiene un nivel medio-bajo. Esboza ritmos con cierta destreza, ejecuta falsetas de modo ligeramente incorrecto, pero quiere mejorar ya que es consciente de que algo le falta. Hasta ahí es todo lógico. Pero al recibir la clase de perfeccionamiento suele suceder con bastante frecuencia que nos encontramos con un enemigo invisible que les impide avanzar: la falta de humildad. Y aquí quiero matizar bien porque es difícil de explicar. El alumno con este perfil no es que sea un engreído, ni mucho menos. En realidad él es víctima. Muchos ya han hecho alguna actuación pública, o han sido jaleados en su entorno. Esto es peligroso para el alumno si no sabe posicionarse de nuevo en modo estudiante. Cuesta hacerlo, y lo entiendo. Si se consigue “bajar” al modo “aprendiz” es cuando la progresión se da. En caso contrario la situación puede generar el estado de frustración.

Como anécdota, o reseña acerca de este tema contaré que en ocasiones he estado compartiendo música en veladas, camerinos, o viajes con guitarristas de primer nivel, y lo que más me ha asombrado ha sido su enorme humildad. Mis ojos han presenciado como parecía un crío de diez años un enorme guitarrista que ha puesto de pie a teatros enteros, poniendo los dedos igual que un principiante mientras aprendía una secuencia de acordes, sin rubores, sin importarle que alguien viera que se equivocaba al poner un dedo mal. En este otro ejemplo sí que daré nombres, porque es amigo de la infancia: Hicimos una grabación para una buleria de un disco de El Pety y producción contactó con Javier Latorre para que pusiera los pies sobre una música. Javier llegó al estudio, pidió al técnico la repetición constante del trozo donde debía hacer su taconeo, lo escuchó mucho en silencio, y me quedé asombrado de como desmenuzaba la falseta en su mente, para más tarde crear lentamente –paso a paso- su zapateado y el remate final. Lo hacía como si fuera un estudiante de baile, despacio, viendo como encajaba todo. En ese momento también volví a ver al niño de diez años. Le dijo al técnico que ya lo tenía. Se puso los auriculares, comenzó a bailar sobre la música y quedó sublime ¡A la primera! El ejemplo de Javier Latorre es bastante significativo, ya que es un artista reconocido, con muchísima personalidad y carácter, y verle en esa actitud de “aprendiz” me dejó muy sorprendido. Con ello quiero constatar con ejemplos la característica común de los grandes artistas: la humildad para asimilar conceptos. Esto es muy grande y me hizo reflexionar acerca de la grandeza de la humildad. Por eso quiero compartirlo.

La paciencia ayuda, y mucho. El estudiante paciente será capaz de evolucionar sus técnicas hasta el límite que su naturaleza le imponga si lo hace progresivamente. Si analizamos la progresión de un picado, por ejemplo, debemos partir del aspecto más puramente físico que es la colocación de la mano, el ataque a las cuerdas de cada dedo y la sincronía entre pulsaciones. Es como una coreografía. Ahora bien, si esa mano no tiene la agilidad ni musculatura mínima y se empieza tocando a mayor velocidad de lo pertinente estamos abocados irremediablemente a vicios posturales con las consecuentes lesiones futuras (y ni hablo ya de las roturas de uñas). Ahora bien, si se parte de una colocación adecuada, con ataques progresivos a cuerdas, de menos a más (en intensidad y velocidad) la mano se va fijando automáticamente a esa posición y poco a poco se va formando la musculatura adecuada al nivel de progresión del alumno. Se genera el automatismo y ya no será necesario nunca más trabajar ello porque la mente, las manos y los dedos lo han interiorizado. A partir de aquí la práctica con metrónomo dará fácilmente alas a la ejecución con ejercicios, falsetas, escalas, etc.

Toda la bibliografía sobre las lecciones que recibió Paco de Lucía sobre su aprendizaje (Poren, Juan José Téllez, y artículos de prensa) coincide en el método de Antonio Sánchez Pecino –su padre- de enseñanza. La premisa fundamental de su aprendizaje fue el fundamento técnico y colocación. Paco de Lucía ya conocía el Flamenco antes de tocar, pero su padre no le permitió ejecutar nada hasta que no lo trabajara bien. Imagino a Paco de Lucía muerto de ganas por tocar por bulerías y a su padre corrigiéndole la colocación de la mano derecha, por ejemplo. En el fondo igual lo que le estaba corrigiendo era la gestión de las prisas.

En este artículo me he centrado en la concienciación de la negatividad de las prisas en el aprendizaje y su importancia en la progresión técnica. Ahora bien, la técnica es clave para dar los primeros pasos en la guitarra para luego, una vez interiorizada, olvidarse de ella. Este concepto debe quedar bien claro porque luego, donde termina la técnica... comienza el arte.

Y tú, ¿cómo vas de prisas?

¿Quieres tocar por bulerías en dos días?

¿O acaso quieres tocar bien y que te suene bien flamenca tu guitarra?

 

P/D: Muchas gracias a todas las personas que me estáis contestando por email dándome vuestra opinión sobre los artículos del blog. Estoy muy sorprendido por la gran cantidad de correos que voy recibiendo, y más todavía por la aceptación que está teniendo. No pretendo más que aportar mis conocimientos y experiencia en materia docente del modo más práctico posible.

Mis sinceros agradecimientos.

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